Para las bolitas (mochi):
- 250 gr de harina de arroz
- 300 ml de agua
- 100 gr de azúcar
- harina de maíz
Poner al baño maría la harina con el agua, mezclar bien y cocer durante unos 20 minutos, removiendo con una cuchara de madera para que se vaya formando una masa homogénea. Colocar en un cuenco y añadir el azúcar. Me resultó más fácil trabajarla con las manos, ya que es una masa muy compacta; tiene que quedar firme y de superficie lisa. Espolvorear la superficie de trabajo con harina de maíz (y también un poco las manos) para amasar un poco e ir formando las bolitas. Tomar porciones pequeñas de masa, aplanarla, rellenar con el anko y cerrar las bolas (como buenamente se pueda, creo que tiene que hacer una técnica pero yo no se la cogí ^^U).
Para el anko (sale mucha cantidad):
- 500 gr de azuki
- 450 gr de azúcar (más o menos dependiendo de si te gusta más o menos dulce)
- un poco de sal
Dejar en remojo las azuki durante toda la noche. Enjuagar y poner a calentar en una olla cubiertas de agua. Cuando empiece a hervir, añadir poco a poco el azúcar y una pizca de sal, sin dejar de remover. Bajar el fuego y dejar cocer lentamente durante unas tres horas, removiendo de vez en cuando, hasta que se obtenga una textura como de mazapán. Si el agua se perdiera muy pronto, añadir más y/o cocinar medio tapado. Dejar enfriar antes de utilizar.
En la foto de abajo el anko aún no está terminado, la textura tiene que quedar más cremosa y casi sin rastro de las alubias (aunque a mí me gusta encontrarme algún trocito). El aspecto puede no ser muy bueno pero a mí el anko me encanta, es un sabor que sorprende y deja un olor fuerte en la cocina. Un modo curioso de comer legumbres :P
Se puede usar en cualquier otra cosa, y los mochis se pueden rellenar de forma distinta (por ejemplo, con fruta).